Hotel Real D'Óbidos

REGIÓN

Zona Oeste

Está formada por los ayuntamientos de Alenquer, Arruda dos Vinhos, Bombarral, Cadaval, Caldas da Rainha, Lourinhã, Óbidos, Peniche, Rio Maior, Sobral de Monte Agraço y Torres Vedras, unidos por una herencia cultural común que se asienta en siglos de cultivo de la vid y un gran apego a la tierra y al mar. El hombre del Oeste lleva consigo las características comunes heredadas de las mezclas ancestrales de pueblos del Norte —predominantemente, celtas—, fenicios venidos del Sur y, sobre todo, romanos y árabes. En el cruce estas culturas se solidificó una tradición de permanente apertura a la convivencia con otros pueblos, a una hospitalidad de la que el Oeste se siente orgulloso.

Museos, turismo y naturaleza, entre la que destaca especialmente la Reserva Natural de Serra dos Candeeiros, la Reserva Natural de la Isla de Berlenga y el Parque de Serra de Montejunto. Turismo de salud en las Termas do Vimeiro, Cucos y Caldas da Rainha.
Hermosas playas de arena fina, artesanía, gastronomía, golf, centros hípicos, puerto de recreo y deportes radicales completan la amplia oferta de la Región Oeste.

La proximidad de Lisboa y la situación estratégica en la conexión a otros centros sirvieron de acicate para el crecimiento y la modernidad de la región Oeste.
Las autopistas A8 (Lisboa-Leiria), A15 (Óbidos-Santarém), A23 (hasta España) e IP6 (hasta Peniche) hacen que el acceso al Oeste sea extremadamente fácil y agradable.
Por vía aérea, los dos aeropuertos internacionales de Lisboa y Oporto conectan el Oeste con todos los grandes centros de Europa.

La villa de Óbidos

La villa-museo portuguesa, ayuntamiento desde los tiempos de la fundación del Reino, se encuentra a casi 80 kilómetros al norte de Lisboa. En la actualidad, tiene 11.000 habitantes y 146 km2. Una gran parte de su superficie está ocupada por la Laguna de Óbidos. Tiene excelentes accesos por la A8 y por la A15.

Se caracteriza por ser una villa medieval, un auténtico museo conservado con cariño, por sus altivas y seguras murallas de casi 2 kilómetros de largo, calles serpenteantes, casas blancas y ventanas llenas de flores dentro de las murallas. En cada rincón se conserva la atmósfera de la época de la Corte. Óbidos no tiene edad, sino alma, patrimonio. Es un arca blindada a las miradas inconvenientes del tiempo. Aquí sólo es aceptable lo que tiene sentido, lo que sirve para explicar el pasado. Porque Óbidos espera ser siempre lo que es hoy: memoria viva.

Se pierden en la noche de los tiempos los restos de la época en la que, creciendo a las orillas de la laguna, sirvió de hogar a pueblos como los celtas, los romanos, los visigodos y los árabes. Fundada en 308 a.C. y conquistada por los moros en 1148, esta villa es uno de los escenarios privilegiados de la historia, del arte y de las letras de este país. “Regalo de reinas en el pasado, Óbidos es en la actualidad una joya exclusiva que todos debemos apreciar y ayudar a conservar.

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